¿Te imaginas intentar describir una puesta de sol sin haberla visto nunca? Puede que lo hagas bien en teoría, pero cuando la describes después de haberla visto, te das cuenta de que hay mucho más que va más allá de la teoría. Experimentar y describir cómo actúa Dios en tu vida va mucho más allá de aplicar una teoría o doctrina de pensamiento correcto. Hay plenitud y asombro que explotan en la realidad de “¡Dios con nosotros!”.
Compromiso generosoLos cristianos estamos llamados a comprometernos con el mundo. Eso es lo que queremos decir cuando decimos que somos “las manos y los pies de Jesús”, que llevamos el Reino de Dios a dondequiera que vayamos. Lamentablemente, a menudo optamos por participar de maneras que pueden parecer más un discurso de ventas que una preocupación real por el mundo en el que vivimos y participamos.
Ser generosos en nuestro compromiso requiere una mentalidad como la de Cristo, para quien la salvación no es renunciar al mundo, sino redimir la creación de Dios. “Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo” no era una obviedad, era el objetivo. Consideremos cómo se ve eso mientras nos preparamos para un compromiso generoso.