Mensaje del superintendente Sato por el Día del Padre: concienciando sobre la salud mental de los hombres

Superintendente Jon Sato

Este fin de semana reconocemos y celebramos el Día del Padre, dedicado a honrar a los padres y figuras paternas en nuestras vidas. Estos son los hombres que nos han amado de maneras únicas. Expresamos nuestra profunda gratitud y amor por su fortaleza, sabiduría y apoyo inquebrantable.

Sin embargo, al igual que el Día de la Madre, debemos recordar que el Día del Padre no es un mandato bíblico, sino una celebración cultural. Si bien algunos se regocijan con esta celebración, otros pueden sentirse apesadumbrados. Puede generar diferentes emociones para distintas personas. Hay quienes han perdido a sus padres, quienes desean ser padres pero no pueden, y quienes tienen relaciones complejas o tensas con sus padres. Para estas personas, este fin de semana puede ser un momento de duelo, añoranza o dolor.

Como iglesia, estamos llamados a reconocer esta realidad y a dar espacio a quienes sufren, incluso en medio de la celebración. En nuestro papel como creyentes y líderes, recordamos Romanos 12:15: “Regocijaos con los que se alegran; llorad con los que lloran”. Es nuestro deber no solo compartir la alegría, sino también soportar las cargas de quienes sufren o luchan.

Mientras atravesamos la complejidad de este día, también queremos arrojar luz sobre un tema que a menudo pasa desapercibido: la salud mental de los hombres. Los estudios indican que los hombres tienen menos probabilidades de buscar ayuda para problemas de salud mental, a menudo debido a las expectativas y normas sociales. Desafortunadamente, los hombres pueden sentir que deben adherirse a los roles de género masculinos tradicionales que estigmatizan y limitan su rango emocional. Para ser vulnerable, creí en esas normas durante gran parte de mi vida.

En 2018, era consciente de los problemas de salud mental, pero pensaba que no los experimentaba. En el lapso de una semana, tuve cuatro ataques de pánico. Estos fueron el comienzo de un viaje en mi salud mental, en el que me di cuenta de la cantidad de ansiedad y depresión con la que lidio a diario. Tuve la suerte de recibir apoyo y seguir buscando terapia y apoyo para mi salud mental. Comparto esto con ustedes para intentar desestigmatizar la búsqueda de ayuda para la salud mental. Si usted o alguien que conoce está sufriendo, luchando o sintiéndose abrumado, recuerde que está bien pedir ayuda. Hay recursos disponibles y no hay vergüenza en utilizarlos. No está solo y su familia de la iglesia está aquí para apoyarlo. Toda persona tiene derecho a experimentar y expresar una amplia gama de emociones, y buscar ayuda para los problemas de salud mental no es un signo de debilidad, sino más bien de fortaleza. Se necesita coraje para reconocer nuestras luchas y buscar ayuda.

En este Día del Padre, honramos a todos los hombres, independientemente de si tienen el título de “padre” en el sentido convencional. Tíos, hermanos, mentores, maestros y amigos que nos han brindado orientación, sabiduría y amor: los celebramos. Su influencia ha sido fundamental para moldear nuestras vidas y somos mejores gracias a ello.

Los animo a que se acerquen a alguien que pueda necesitar escuchar una palabra amable o que alguien les ayude. Aceptemos la complejidad de este día. Honrémonos, recordémonos y apoyémonos mutuamente. Brindemos amor, comprensión y gracia a quienes sufren. Y, sobre todo, sigamos apoyándonos unos a otros en oración y compañerismo hoy y todos los días.

Superintendente Jon Sato
Iglesia Metodista Libre en el Sur de California