En busca de la plenitud: la historia de Charles Latchison

El pastor Charles es el fundador y pastor principal de Light & Life West en Long Beach, California. Está casado con su esposa Carolyn desde agosto de 2000 y juntos tienen tres hijos: Candyce, Jaymar y Christopher. Valora profundamente la Iglesia Metodista Libre y las formas en que esta busca de manera creativa hacer que el corazón de Dios sea claro, y su pasión es el discipulado y guiar a las personas por un camino hacia la plenitud en Jesús.

“No tengas miedo de lo que está al otro lado de la colina. No tengas miedo de lo que está a la vuelta de la esquina. No tengas miedo del próximo mes. Dios definitivamente te encontrará allí cada vez. Y tendrá dirección e instrucción”. – Charles Latchison, diciembre de 2017

Nacido en Torrance, California, y criado en Compton, Charles Latchison (o Latch, como se le conoce comúnmente) creció jugando béisbol y kickball como los demás niños del vecindario, sin saber en ningún momento que Dios, o al menos su piadosa madre, tenía un plan más grande para su vida. Los primeros indicios del llamado de Dios sobre él llegaron a los cinco años, mientras estaba sentado en los bancos de la iglesia, escuchando las palabras de un antiguo himno espiritual. El himno conmovió su corazón tan profundamente, lo expandió exponencialmente, que supo con certeza que Dios lo estaba tocando. Mientras las lágrimas corrían por su rostro, Latch supo que Dios lo quería como suyo.

A medida que fue creciendo, su madre le hizo aprender la historia de la creación y recitarla en varias iglesias y eventos. Siempre sirviendo y siempre involucrada en la iglesia, su madre lo estaba preparando para una vida de pastor, mucho antes de que siquiera estuviera en sus planes. Ella estaba segura de que Latch sería pastor y se lo diría; su palabra profética pronunciada sobre él sería fundamental más adelante, mientras buscaba a Dios en los tiempos difíciles.

“No tengas miedo de la persona que descubres que eres. No tengas miedo de lo que encontrarás dentro de ti. No tengas miedo de esas cosas; Aquel que te hizo, te formó incluso antes de que estuvieras en el vientre de tu madre… Él ya trazó el rumbo.”

Fue cuando era joven, llevaba nueve meses sin trabajo y luchaba por encontrar un trabajo, cuando experimentó uno de los momentos más duros y bajos de su vida. Se sumergió en la iglesia con mucha seriedad, pero aún no sabía si saldría vivo de esa etapa. Había escuchado y presenciado muchas historias de personas que se dedicaban al ministerio vocacional y que lo hicieron querer huir de su llamado; sin embargo, fue su encuentro genuino con el Señor, asegurándole a Latch los planes que Él tenía para él, lo que fue irrefutable en su mente y corazón, y lo que le permitió perseverar.

A medida que avanzaba en el ministerio, Latch vio señales tras señales de que estaba cumpliendo con su llamado. De hecho, el primer sermón que predicó Latch es uno de sus mejores recuerdos porque la afirmación del Señor fue tan innegable. Su testimonio habla del poder de la restauración de Dios: una vez que se encontraba en un estado de malestar emocional y espiritual, donde sentía que debería haber abandonado su carrera o haber fracasado en ella, el Señor obró en él para restaurarlo a un estado de prosperidad emocional y espiritual. Ahora trabaja para acompañar a otros para que ellos también puedan ser restaurados.

“Y sigue adelante con esperanza y con fervor, con expectativa: ganarás si confías en Dios, ganarás”.

Latch se enteró por primera vez de la familia Metodista Libre en un almuerzo con el superintendente, el reverendo Dr. Larry Walkemeyer. Después de compartir su deseo de convertirse en pastor y después de que Larry hablara sobre la pasión de la denominación por fundar iglesias, Charles supo que ese era el lugar donde debía estar.

Lo que le encanta de la FMC es su compromiso con la diversidad, su respeto y cuidado por los pobres, tanto dentro como fuera de la iglesia, así como su defensa de las mujeres en el liderazgo, en la iglesia y en la vida. Aporta una singularidad a la mesa de superintendente: una incansable voluntad de triunfar y de recuperarse de situaciones difíciles; un corazón dispuesto a guiar a hombres y mujeres hacia la misma restauración en Jesús que él mismo ha experimentado; y una pasión por diseñar estrategias sobre cómo puede guiar mejor a las personas para que caminen hacia la plenitud de lo que Dios tiene para ellas. Ha perseverado, ha mantenido la fe, se ha apoyado en Dios y en su llamado, y ha disfrutado plenamente de los frutos de la obediencia.

No pierda la oportunidad de conocer a los nominados para el Equipo de Superintendente en las dos próximas reuniones públicas.

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