Múltiples incendios forestales están afectando a nuestras comunidades del sur de California, con varias iglesias y miembros metodistas libres bajo órdenes de evacuación.
Reflexiones pastorales: Liderazgo en tiempos de crisis
Escribir para nuestra familia ministerial en estos tiempos me recuerda el libro de Santiago, que habla de las Doce Tribus dispersas en el extranjero. Aunque podemos estar relativamente cerca en comparación con esas Doce Tribus, creo que todos estamos reconociendo la desconexión que trae consigo el confinamiento y la sensación de que nos han dispersado a los confines del mundo.
Santiago continúa escribiendo a los fieles seguidores de Jesús: “Tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia; y que la paciencia tenga su resultado perfecto, para que sean perfectos y completos, sin que les falte nada”.Santiago 1:1-4)
Estos días estoy pasando más tiempo de lo habitual leyendo artículos sobre el cambio, la "nueva normalidad" y cómo aprovechar al máximo las oportunidades que nos rodean. El tema que más me ha llamado la atención es el liderazgo en tiempos de crisis. No tanto por los consejos prácticos sobre liderazgo, sino más bien por las recomendaciones sintomáticas que se prescriben para ayudar a los líderes a "enfrentar" o "superar" estos tiempos difíciles. Lo más revelador de inmediato (aunque por ahora inútil) que leí fue: "Los líderes están hechos para tiempos de crisis o caos". Me gustó esto porque identifica un atributo o expectativa clave del liderazgo: estar preparado para tiempos difíciles. La parte inútil es que el liderazgo en tiempos de crisis no es una habilidad que se pueda poner como un impermeable cuando llueve. Más bien, el liderazgo es un guardarropa que se compra con el tiempo y que tiene algo para todas las estaciones.
En este tiempo de crisis, el mundo necesita personas que tengan claridad en medio de la confusión, que tengan paz bajo presión y que puedan brindar dirección en la angustia.
Los líderes, como los discípulos, se forman con el tiempo, pero se demuestran en un momento. Los líderes se forman con las prácticas intencionales, las prioridades y las elecciones de estilo de vida que hacen todos los días, pero la eficacia de un líder, como la de un discípulo, se hace perfectamente evidente cuando surge una crisis. Si alguna vez te sentiste culpable por pasar tiempo leyendo, estudiando o cuidándote a ti mismo con ritmos de descanso y ejercicio mientras había otras cosas sin hacer, fue por este momento. Cuando vivimos de acuerdo con nuestros valores, compartimos nuestras vidas y hacemos avanzar la misión con otros, es cuando estamos liderando. Lideramos con el ejemplo y lideramos a través de nuestras acciones. Pero cuando es más importante, cuando llegan los tiempos de crisis, se revela la capacidad de nuestro liderazgo.
En este tiempo de crisis, el mundo necesita personas que tengan claridad en medio de la confusión, que tengan paz bajo presión y que puedan brindar dirección en medio de la angustia. Santiago nos recuerda que debemos guiarnos desde una postura de alegría sabiendo que es de esperar que nos enfrentemos a tensiones y pruebas de diversos tipos, y si tenemos la visión de ver el final desde el principio, sabemos con confianza que Dios obrará en medio de todo esto e incluso nos hará más fuertes para la experiencia. Puede ser difícil escuchar esto en medio de esto, pero es verdad: tengan valor. La ayuda está en camino y la esperanza está a la mano.
Entonces, ¿qué debo hacer ahora mismo? Santiago describe algunas cosas que debemos tener en cuenta cuando los tiempos difíciles nos pongan a prueba. ¿Necesitas sabiduría? Pídele sabiduría a Dios con una fe segura y decidida, sabiendo que Dios es fiel para responder y proveer. El Espíritu Santo nos dará lo que necesitamos para atravesar esta temporada, tanto en lo práctico como para tranquilizar nuestro espíritu. Persevera. Recuerda, estamos en esto para el largo plazo. No buscamos escapar del dolor, los inconvenientes o las pruebas de fe. Somos un pueblo llamado a encarnar al Dios vivo. Somos el pueblo que ayuda, que ama, que se preocupa, que aboga, que se pone de pie en los huecos creados por las circunstancias o la injusticia. Somos un pueblo que trabaja unido. Implícito en las instrucciones de Santiago está el entendimiento de la comunidad de fe que, juntos, con humildad ante Dios y los demás, tienen la capacidad de satisfacer las necesidades de quienes nos rodean.
Los líderes se forman mediante las prácticas intencionales, las prioridades y las elecciones de estilo de vida que realizan todos los días, pero la eficacia de un líder, como la de un discípulo, queda perfectamente clara cuando surge una crisis.
Para aquellos de ustedes que están liderando a quienes los rodean (ya sea su familia, vecinos, empleados o una congregación) y se han estado preparando para este momento en sus decisiones diarias, bien hecho. Los vemos. Los afirmamos y los bendecimos. Para aquellos que se sienten mal preparados para la crisis que se avecina (buscando un impermeable bajo la lluvia), tengan valor, no están solos. Pienso en el viejo dicho de que el mejor momento para plantar un árbol es hace veinte años, pero el siguiente mejor momento para plantar un árbol es hoy. Somos una comunidad de fe que está comprometida a trabajar juntos por la salud y la integridad de nuestros líderes y nuestro pueblo hasta el final. Estamos con ustedes. Estamos para ustedes, y lo más valiente y sabio que pueden hacer es pedir ayuda y no hacerlo solos.
Prioridad de Glen
Superintendente
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